Estas sociedades irán en aumento por su capacidad de adaptación al medio y por aportar valores que benefician al entorno y a sus trabajadores.
La crisis económica fue un detonante para que personas de origen profesional muy diverso empezaran a contemplar alternativas económicas que les permitieran garantizar y mejorar sus ingresos. Al mismo tiempo, se afianzaron nuevas empresas de carácter social como las cooperativas, cuyo objetivo se centra en satisfacer las necesidades de los socios o miembros y no tanto en maximizar la rentabilidad de los inversores.
Estos modelos sociales favorecen una economía democrática, pues el poder de la empresa no queda centralizado en el clásico consejo de administración, sino que los socios, en tanto que trabajadores de la cooperativa, se responsabilizan de la toma de decisiones. Además, su filosofía cuida del medio y promueve un crecimiento económico arraigado al territorio.
Pero a pesar estos beneficios, “existe un gran desconocimiento alrededor del sistema cooperativo e incluso en la propia universidad pocas veces da a conocer otras alternativas a la economía tradicional”, explica Ismael Hernández, coordinador del Postgrado en Gestión de Cooperativas y Empresas de Economía Social del TecnoCampus, el cual forma a profesionales en este creciente modelo de negocio.
“Estos últimos años el sistema cooperativo ha ido en aumento por su capacidad de adaptación al medio. Mientas que muchas de las empresas mercantiles han tenido que cerrar, las cooperativas se han ajustado a las condiciones del momento y han mantenido los puestos de trabajo por encima de todo. Su foco no está en el capital, sino en las personas”, añade Hernández.
El empleo es una de las contribuciones más importantes de las cooperativas a nivel mundial. Durante 2013, momento álgido de la crisis económica en España, la Confederación Española de Cooperativas de Trabajo (COCETA) señalaba que cerca de 70 empresas mercantiles en España se habían convertido en cooperativas de trabajo, salvando por el camino 700 puestos de trabajo. Más recientemente, durante 2016 las más de veinte mil cooperativas que hay en España generaron cerca de 23.000 puestos de trabajo, la mayoría de carácter estable.
“Las cooperativas son una fórmula idónea para que la gente mantenga su trabajo, y también para que cree su propio empleo. Por este motivo, es también una oportunidad para los emprendedores que empiezan”, explica el experto del postgrado, que tiene las inscripciones abiertas para el próximo curso.
Todo apunta a que el crecimiento de este tipo de empresas se mantendrá en un futuro. “Además de buenos servicios y productos, garantizan el respeto hacia las personas, y esto cada vez es más valorado”, destaca. Este interés se refleja en el aumento de solicitudes del Postgrado en Gestión de Cooperativas y Empresas de Economía Social, que este año inaugurará su tercera edición en los centros universitarios de TecnoCampus, adscrito a la Universidad Pompeu Fabra.
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